Este desequilibrio genera inmediatamente una autorotación acelerada y el consiguiente descenso pronunciado. Si la entrada en barrena se produce voluntaria o inadvertidamente a unos 500 pies sobre nivel del suelo, es decir debajo de un umbral de seguridad) puede resultar imposible recuperar a tiempo la actitud de vuelo normal del avión.
Dicha recuperación depende del tipo de barrena y también del avión (algunos aviones no pueden recuperar una barrena) pero suele ser suficiente con mantener alerones y timón de profundidad en posición neutral, y timón de dirección opuesto al sentido de giro para detener la rotación, y a partir de aquí se recupera la pérdida de forma normal.

